Los parásitos intestinales son una grave afección parasitaria primaria que debilita a las aves y aumenta su vulnerabilidad a otras enfermedades secundarias, como la tricomoniasis y las infecciones respiratorias. Pueden provocar retraso en la puesta, disminución del crecimiento, retraso en el destete y mala conversión alimenticia. Son comunes y deben controlarse tanto en las palomas reproductoras como en las de competición, ya que debilitan nutricionalmente a las aves. Aunque se les proporcione una alimentación equilibrada, el intestino de un ave infestada no puede absorber los nutrientes. Tanto las palomas de competición como las reproductoras infestadas con parásitos intestinales se vuelven susceptibles a enfermedades respiratorias, tricomoniasis, enteritis y, especialmente, micosis. Las palomas de competición no pueden competir con parásitos intestinales y las reproductoras no pueden criar polluelos con éxito.
La paloma mensajera con parásitos intestinales no puede competir ni reproducirse con éxito. Los tres parásitos intestinales más comunes son la lombriz intestinal, el gusano ciliado y la tenia.
Es importante recordar que el ciclo de vida de muchos parásitos intestinales es de tan solo 3 a 4 semanas, por lo que una sola desparasitación antes de la cría (o las carreras) solo mejorará la situación durante ese período. Por lo tanto, lo mejor es realizar dos desparasitaciones con un intervalo de tres semanas. Después de cada desparasitación, se debe limpiar a fondo el palomar.
Síntomas
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Pérdida de peso
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Plumas pobres
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Anemia
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Fatiga después del ejercicio
Prevención: Mantener los palomares limpios y en buen estado es fundamental para controlar las lombrices intestinales. Sin embargo, dado que las palomas suelen convivir con otras aves, pueden infestarse al ingerir huevos de lombrices presentes en la cesta o al entrar en contacto con palomas sueltas. Por lo tanto, se recomienda implementar un programa preventivo de desparasitación que incluya el tratamiento de todas las aves al menos dos veces al año.
